Cuando se despidió Jesús de sus discípulos dejó un mandato para cada uno de sus seguidores que
es llevar el evangelio a todo lugar.
Esta tarea es para TODA la iglesia, no importando la edad que se tenga, si se es una persona adulta, adolescente o un niño. De cada uno de quienes forman el cuerpo de Cristo es la tarea de hacer discípulos a todas las naciones.
Muchas veces se cree que los niños no tienen parte en este mandato debido a que están más preocupados de jugar, o les falta madurez o bien porque son muy bulliciosos en la reunión, pero es importante recordar que ellos
poseen la capacidad de poder compartir del amor de Jesús con sus amigos, vecinos, o familiares, ya que “de tales es el reino de Dios, y quien no lo reciba como un niño no entrará en él” (Lc. 18:16-17)
Los niños tienen una capacidad especial de creer. Son comprometidos, fieles y muy responsables. Pueden orar por los misioneros y personas que viven en etnias no alcanzadas, apartar ofrendas para invertir en la obra misionera. Es importante recalcar que muchos de los misioneros actuales han sido llamados desde pequeños o sus vidas fueron marcadas en esta etapa.
Ellos escucharon o vieron el testimonio de misioneros quienes fueron claves para su llamado. Es por esto que se debe seguir invirtiendo en los niños porque a su tiempo darán buenos frutos para la Gloria de Dios.
En todo lugar debemos llevar las buenas nuevas, dejar a los niños a ser parte de la Extensión del
Reino es una gran oportunidad, ya que, si les instruimos y entregamos las herramientas de cómo hacer misiones, estaremos estamos formando futuros misioneros, futuros movilizadores que van a traspasar esta enseñanza a las siguientes generaciones.
Si sembramos en ellos este hermoso servicio al Señor de seguro que serán hombres y mujeres que servirán en el campo misionero.
Si deseas aprender a movilizar a los niños en la misión de Dios puedes escribir a info@provision.cl
Autor: Priscila Guevara